Ilustración y texto: Shari Avendaño
Transformarse duele.
Duele desde la entraña y desde el recuerdo, la expectativa y el prejuicio, el miedo y ansiedad.
Transformarse duele.
Pero transformarse también es belleza y poder, es paciencia y confianza, es tranquilidad y superación. Es fuego.
No sé en qué fase de la transformación estoy, pero ahí voy.