agosto 25, 2025

¿Quiénes somos cuando siempre hemos sido nosotros?

Una doble mirada a Memorias de un Caracol

By In Reseña

El cine de animación stop motion siempre promete mucho. Sabemos que cada producción requiere muchísimo tiempo, esfuerzo y dinero. Y en lo que respecta a Memorias de un Caracol, además de todo eso, representa mucho amor, aunque la historia se desenvuelve en diversas tragedias. El cariño está ahí, a paso lento… como los caracoles. Vamos a ver el camino de emociones y situaciones complicadas que se atraviesan a la par de la construcción de identidad y a preguntarnos: ¿qué pasa con el ser cuando hay gemelos? ¿Son uno mismo? ¿Siempre o sólo por un tiempo?

Sin darte spoilers, te prometo que te va a hacer pensar mucho en cómo se forma nuestra identidad. Es un suceso que, como gemela, atravesé de la mano de mi compañero de vida desde el útero. E igual que nuestra protagonista, te aferras aún más a ese vínculo cuando la vida te muestra los peores escenarios.

Desde la Australia de los años 70, la película nos presenta a dos hermanos gemelos, Grace y Gilbert, como si sus mentes estuvieran conectadas por un hilo invisible. Pueden comprender las emociones del otro y comunicarse con simples gestos. Esta cercanía tan intensa te hace sentir seguro, visto, e importante para una persona que sabes que no te juzgará y que sabe lo que necesitas. Mi cuate y yo nunca nos hemos leído la mente como muchos creen, pero esa conexión, sin duda, existe y me ha rescatado muchas veces de mí misma.

Al comienzo de la historia, pareciera que el padre de nuestros gemelos es el salvador de las risas y los momentos especiales, pero conforme avanza la trama, este papel va cambiando. A diferencia de lo que uno podría pensar, el evento que lo cambia todo no es sólo uno enorme, sino más bien un deslizamiento sutil de varios hacia la autocompasión. El dicho de los vasos medio llenos o vacíos se repite mucho por eso mismo: la vida se va entendiendo como un cúmulo de cosas y no como el aprendizaje de los sucesos.

Miremos a la identidad

La verdadera lucha, la crisis de identidad más profunda, ocurre cuando hay distanciamiento entre nuestros gemelos. ¿Cómo te defines a ti misma cuando toda tu vida te has definido como parte de una pareja? Por mucho tiempo, pensé que describirme a mí era describir a mi gemelo; tanto para nuestra familia como para nosotros éramos un conjunto, no individuos, y la niña de la película, de golpe, tiene que soltar esa mano idéntica.

Grace está creciendo y, con ella, la búsqueda individual de su persona, que se convierte en un viaje súper doloroso. Gilbert también la pasa fatal. La película te muestra el miedo a la soledad, pero no es el miedo a estar sin compañía, sino el miedo a perder una parte de ti que siempre ha existido a través del otro. Es una sensación de vacío que, por más que te rodees de personas, actividades o cosas, no terminas de sentirte plena. Sabes que algo anda mal, pero no puedes terminar de comprender qué es, o no quieres averiguarlo. Nuestra querida amante de los caracoles busca refugiarse dentro de su caparazón mucho tiempo antes de salir a confrontarse a sí misma.

La cinta tiene frases memorables. Considero que la que mejor la describe es: “Las peores jaulas son las que creamos nosotros mismos”. Esto es porque la trama te va mostrando el poder que tiene nuestra propia mente en la percepción de todos los ámbitos que nos rodean. Te hace ver que las decisiones que no tomamos son tan importantes como las que sí, y que las personas a nuestro alrededor son un reflejo de este ser que va formándose.

A pesar de la soledad que permea durante toda la película, se muestran personajes con muchas ganas de acompañar: como Pinky, deseosa de dar el cariño que ella no tuvo al crecer; o Ken, cuyos fetiches superaron el respeto; o Ben, un pequeño que, en su autodescubrimiento se ve conflictuado por un culto no lo dejará desarrollarse. Cada uno con su propia historia viene a confrontar a Gracie y a sacudirla de su resignación.

Otra mirada más técnica

Si no quieres apreciar la película sólo por su historia, te dejo algunos detalles de la producción que me parecen asombrosos. Los colores suelen ser tenues, casi apagados, lo que crea una atmósfera melancólica y reflexiva, esencial para todo lo que se busca reflejar: Grace vive en el pasado, la vida le pasa sin que ella se dé cuenta.

Hay muchos planos cerrados, casi íntimos, que nos obligan a fijarnos en los detalles más pequeños: una expresión en la cara de los gemelos, un gesto de la mano, la forma en que interactúan. Esto no es casualidad; es una técnica para que sintamos su conexión desde dentro. Cuando la cámara se aleja, los personajes a menudo se ven pequeños en el vasto paisaje, lo que refuerza esa sensación de aislamiento, de ser dos contra el mundo, mientras otras tomas la dejan sola, representando ese temor y valor en buscarse a ella misma.

El ritmo de la película es deliberadamente lento, casi como el andar de un caracol. Los cortes no son bruscos, sino que se sienten como transiciones suaves, permitiendo que cada escena respire y que el espectador procese la información visual y emocional. Esta cadencia te obliga a la paciencia, a sentarte y a observar, y es lo que permite que el impacto de cada pequeño momento sea tan grande. En lugar de contarte qué está pasando, la edición te da el tiempo y el espacio para sentirlo.

Es un viaje corto que deja largos pensamientos y reflexiones. Si no estás listx para voltear a ver el pasado, sin quedarte ahí y comprenderlo realmente, Memorias de un Caracol no es una película que debas ver ya. Por otro lado, si puedes entender que la vida es un conjunto de buenos, malos, terribles e increíbles momentos que pasan para aprender de ellos, entonces disfrutarás cada movimiento de este stop-motion.

Al final, Memorias de un Caracol es una historia sobre cómo desaprender a ser dos para aprender a ser uno mismo, y luego, tal vez, reencontrarse de una forma diferente. Te hace darte cuenta de que separarse para encontrar tu identidad no es una tragedia, sino un paso necesario. Es un recordatorio de que nuestro vínculo, no solo gemelar, sino con pareja, hijos, hermanos, amigos, etc., por más fuerte que sea, no debe borrarnos como individuos. Y eso es lo que la hace tan poderosa.

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