junio 25, 2025

León A. Damián: hacia una teoría (necesaria) de los placeres fuera de la heteronorma

By In Reseña

El deseo y el placer son fuerzas creadoras de subjetividad,

de política, de comunidades, de archivos y de formas de amor.

León A. Damián en Tecnologías de Eros.

Como un chico gay que creció en un ambiente homofóbico, todo el tiempo he tenido problemas en encontrar una libertad dentro del placer sexual, sin dejar de lado mis experiencias con otros hombres que me han replanteado mi homosexualidad al no entrar en el simple placer generado por la penetración. Situación que me ha llevado a leer acerca del erotismo y la tradición literaria enfocada en representar esos temas. Siempre me he cuestionado: ¿Dónde queda el placer y las afectividades que genera? y ¿qué es lo que me genera placer en el acto sexual? Así pasaron varios años de experimentación que me llevaron a altas y bajas, al igual que entender mi propia posición ante el placer sexual a partir de una conexión previa con otro individuo y mi debilidad por el conocimiento que tenga la otra persona. Si bien he ejercido indagaciones en la academia en torno a sexualidades, género, entre otros temas no cercanos a estos, tuve una revelación como si el cupido del conocimiento me hubiera guiado a lugar donde encontraría más respuestas y cuestionamientos a mi postura.

Esto ocurrió durante un congreso sobre cuerpos y sexualidades al que asistí como ponente a la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), el destino me hizo cruzar camino con una presentación disruptiva en torno a los placeres BDSM en la comunidad gay y un espacio donde son representados en Ciudad de México: Tom´s Leather Bar. Así conocí de forma indirecta el trabajo de León A. Damián, quien me recordó que, en la teoría, sólo nos enfocamos en hablar de erotismo y deseos, pero dejamos fuera la noción del placer y los afectos. Temas cargados de tabúes y llenos de estigmas, escondidos para muchos, buscados por otros, hechos a un lado para no incomodar al desvelar esa parte de mí que debe permanecer privada para la sociedad. Mi tentación sobre el tema comenzó a inundarme a lo largo de varios días, de ver un día al autor a lo lejos en el centro de Querétaro fumando y luego terminar cruzándome con la noticia de un libro que publicó en torno a esas inquietudes que abrió en mí: Tecnologías de Eros. Contribución para una teoría micropolítica del placer.

Con un gran uso del lenguaje, en el que cada línea y cada palabra están bien pensadas, no pude evitar pensar, como le recalqué al autor en su momento, que el libro era como un hijo entre la teoría de Michel Foucault, Paul B. Preciado, y los preceptos de la teoría del psicoanálisis; dando pie a una verdadera contribución a una teoría sobre los placeres que quedan fuera de la norma y que me hacen volver a cuestionarme actualmente: ¿cuáles son esos placeres propios en torno a mi sexualidad? ¿Cuáles me hacen sentir diferente a la norma del simple acto de penetración y cuáles se alejan del uso de una genitalidad? Estos cuestionamientos me llevan a replantear un panorama en torno a la sexualidad heteronormada bajo una noción binaria que excluye la diversidad de posibilidades de encontrar placer y sus representaciones en el erotismo y el deseo. Dos aspectos importantes en la vida cotidiana, ya que se presentan constantemente en varias de las acciones que realizamos como sujetos consumistas.

Ahora bien, en los argumentos del autor es clara su intención de continuar un camino subversivo, provocador que permita alejar al lector de esa prisión en la que estamos obligados a vivir por norma, por la enseñanza empírica que obtenemos de la observación y la repetición de patrones dentro de la vida diaria. Me refiero a ese caótico mundo donde los cuerpos, las identidades, las realidades, los deseos, en fin, todo lo que conforma a lo humano. No es un lugar explicado desde un posicionamiento científico, sino uno que pueda denotar del todo la subjetividad que vuelve compleja nuestra existencia como individuos. León A. Damián construye un camino teórico indispensable para hablar del deseo, desde las experiencias de vida de figuras como Michel Foucault y Paul B. Preciado, sin dejar fuera su importancia teórica, al igual que el camino de análisis utilizado por el psicoanálisis freudiano. Es decir, el autor logra anclarse en la reconfiguración de un pensamiento moderno proveniente de la razón científica proveniente del siglo XVIII y que sigue vigente en nuestra actualidad.

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Gracias a esta teoría,  comienza un recorrido más allá de esa reconfiguración, hacia un camino donde las nociones binarias podrían ser re propuestas desde otras  posibilidades, donde el diálogo no se queda en construir nuevas reglas absolutas, donde no sólo existan las opciones de ser hombre o mujer, heterosexual y homosexual, sino que se visibilice la existencia de diversidades, de combinaciones de ambas partes que permita la existencia de un no binarie. A estas alturas el lector dirá que es una obviedad y que ya está pasando este proceso de reconfiguración de la realidad social, una verdad hasta cierto punto, ya que existe un deseo de sistematización que busca seguir la norma impuesta. Como bien señala el autor mexicano, nuestra sexualidad está basada en una heteronorma enfocada en la reproducción del ser humano, vista desde un pensamiento binario y que deja de lado el deseo y placer humanos ejercido con otros dispositivos que logran amplificar el placer. Tal como sucede en el ambiente gay con el chemsex, la simulación de la dominación durante el BDSM, los juegos de roles, entre otras formas de experiencias dirigidas al cumplimiento del placer.

Leer este texto puede abrir las puertas a replantear nuestras prácticas de placer dispuestas por nuestros deseos y los afectos que éstas conllevan. En especial aquellas que se separan de la norma heterosexual planteada desde la penetración con enfoque reproductivo, ya que todo lo que salga de esa noción queda fuera de lo permisible y se considera como perverso o anormal. Es esta perversidad la que denota el autor en algún punto de su análisis teórico en torno a las posibilidades sexuales del binarismo hombre-mujer, pero ¿qué pasa con las otras posibles combinaciones, con las posibilidades individuales? Aquí abordaré puntos importantes sobre la propuesta del autor, quien habla del deseo y el placer como potenciadores de la subjetividad, posicionamientos políticos, posibilidades de archivos corporales y formas de amor fuera del sistema.

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Esos puntos son clave para replantear la normativa del propósito del sexo, porque nuestras prácticas no sólo se centran en un movimiento mecanizado, sino que cada cuerpo disfruta de forma diferente, a partir de elementos diferentes. Sin embargo, sigue existiendo mucha crítica hacia esta subjetividad donde el sexo y el placer es posible en la realidad homosexual, transexual, lo poliamoroso y otras formas de no seguir la monogamia impuesta por el pensamiento de la época moderna. El dar visibilidad a estas otras perspectivas pueden convertirse en archivos importantes que omitan volver a olvidar su existencia dentro los entornos sociales, sin dejar de lado su evolución con los nuevos dispositivos tecnológicos y la aparición de nuevas formas de generar placer en los cuerpos. Es gracias a esta visibilidad otorgada por la representación, marchas sociales y la búsqueda de una defensa de los derechos humanos de los grupos marginados, que se conoce la existencia de diversas culturas dentro del mundo occidental al que pertenecemos. Como ejemplo, dentro de la cultura gay existen diversas subculturas que pueden ser observadas en los clubes nocturnos, donde el placer se centra en un desajuste de esa heteronormatividad reproductiva como lo es la subcultura leather, asociada, por lo general, al sadomasoquismo y dinámicas de dominación y sumisión, pero que van enfocadas a un erotismo a partir de dispositivos performáticos bajo el uso de algunos dispositivos y prendas para  la búsqueda de un placer sexual.

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Es bajo esta variedad de formas de conseguir el placer donde ocurren otras formas de relaciones afectivas que logran reconfigurar un punto clave que nos hace ir más allá de la represión de nuestras pulsiones sexuales, es decir, de ese disciplinamiento y control ejercidos sobre nuestros cuerpos a partir de la ya mencionada heteronorma reproductiva. El libro de León A. Damián toca un punto crucial en este punto ligado a actos políticos. Como bien menciona el autor, si cada cuerpo e identidad es un forma de discurso, es decir, una forma de lenguaje que comunica algo, ¿qué pasa con todas las normas que prohíben ciertas prácticas no permisibles dentro del pensamiento heteronormado? La respuesta que nos otorga el crítico y pensador mexicano manifiesta su interés por las propuestas del pensador trans Paul B. Preciado, al concebir prácticas contrasexuales basadas en el deseo y el placer de los individuos para generar un posicionamiento político ante la realidad represiva hacia las diversidades sexuales. Una respuesta necesaria desde la reflexión en torno al control ejercido sobre nuestros cuerpos, deseos, placeres y las formas de amor que podemos ejercer a través de ellos. La comunidad es un vivo ejemplo de la existencia de otras formas de deseo y placer, donde la libertad de amar se aleja de la heteronorma. Donde el humano acepta la posibilidad de otros placeres y afectividades basados en su individualidad y con aquellxs que decida ejercer una relación. La comunidad pone en duda la heteronorma, logra subvertir y poner en crisis al sistema sexual establecido bajo la utilidad de reproducción, demuestra la importancia del placer y el encontrar otros medios de generarlo. Aún cuando en la actualidad una parte de la comunidad se aleja de este esquema al querer ser parte del sistema para sentirse seguros. Es necesario recalcar que el reconfigurar lo que concebimos como la sexualidad, lo no binario, lo transexual y todas esas posibilidades que otorga la subjetividad humana al individuo, dan una mayor libertad de expresar al amor, el placer y los deseos como posturas políticas que tratan de visibilizar lo marginalizado por el sistema heteronormado impuesto. Considero que este libro toma importancia dentro de la teoría queer al lograr ser controversial para el sistema y continuar un camino teórico que incomoda a la normatividad impuesta como “única opción viable”. El mexicano se aleja del uso de una práctica sexual con fines reproductivos para indagar en otras formas de deseos y placeres establecidos bajo muchos tabúes que los han estigmatizado y tratado de invisibilizar. Invito a lxs interesadxs a darse una vuelta por Tecnologías de Eros, en un impulso por conocer otras maneras de concebir el placer, la sexualidad, los cuerpos y los deseos, pero también a quienes encuentran o sigan este tipo de teorías que subvierten y visibilizan temas enfocados en una mirada hacia las afectividades humanas.

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