Hay reyes en la Comarca, ya no llevan coronas ni ganan territorios ni títulos nobiliarios, hoy solo son palabras por acá y por allá, noches de fuego y certezas que al día siguiente se convirtieron en silencios y dejadas en visto, en desveladas eternas que nos dejan rascando las heridas eternas de la insuficiencia.
Hoy los reyes ya no se pasean en castillos, ni siquiera lideran guerras de verdad y hasta se pelean por el 50 / 50. Solo son arquetipos que, según Carl Jung, son patrones universales de comportamientos y roles muy marcados en el inconsciente colectivo de la humanidad, como ejemplo El Diablo, La Bruja, El Ermitaño. Y el tarot les conoce tan bien y tanto que desde el siglo XVIII, cuando nació el tarot, hasta hoy, o sea más de 200 años después, los vatos no han cambiado mucho y solo se trata de cuatro arquetipos.
Información es poder y se trata de conocerles tantito, identificar patrones y desentrañar sus secretos, lo que no dicen pero sí se ve, lo que te ocultan pero acá vas a saber.
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Los mirreyes del tarot
Rey de copas
Está el rey de copas, el que aprovecha el movimiento de las aguas de tus emociones. Bien trabajado es ese que conoce sus emociones y las expresa con claridad, te ofrece certezas y te mira de frente. Mal aspectado es el que te habla de sentimientos pero ni él mismo los tiene claros, el de la fiesta eterna que cambia de dirección como los ríos, es el que contigo sí a todo, sí para siempre, pero siempre hay un pero, un dame más porque mi copa no está llena y tengo sed, y a la hora de sostener se diluye como agua.
Es el chantajista y manipulador, al que siempre le hicieron daño todas las mujeres de su vida, con ellos es un dando y dando, es fluir pero con el chaleco salvavidas de las certezas, del pedirle claridad y cuidar de ti, para que no acabes cuidando de él.
Rey de bastos
Con el rey de bastos todo es risa y diversión hasta que te acabas consumiendo entre sus fuegos, bien trabajado es el que te inspira a crecer y aunque no demuestre mucho siempre te observa, se adelanta a tus necesidades, las sostiene sin preguntar mucho; el eterno emprendedor, el que siempre tiene un negocio entre las manos, el que empieza pero no siempre acaba.
Este es el rey de los orgasmos, de la creatividad y las risas. Mal aspectado es el que habla de proyectos y futuros, el que propone pero jamás dispone, lo hace al calor de las sábanas porque sabe el poder de sus movimientos. Es el que engancha por el cuerpo, el que te confunde entre el siento rico y el siento bonito, el clásico del que te enculas pero confundes con amor.
Tiene planes y proyectos, habla de un nosotros para que te subas a su barco de impulsos y emprendimientos, pero no siempre quiere socias sino espectadoras que le aplaudan y sostengan sus logros. Con estos seres, papelito habla y mirar de frente y lo que hay es la salida.
Rey de Oros
Con el rey de oros hay tanto brillo que a veces deslumbra, es el mirrey que te lleva a lugares increíbles en la primera cita y ya se quiere casar y ponerte casa desde el día uno, todo es seguridad y comodidad pero a precios no siempre muy claros.
Es el rey de la tierra y de la terquedad, el proveedor que huele rico pero al paso de los días huele al hierro del autoritarismo y quiere una novia que le combine con el outfit. Es el de los regalos caros con condiciones no dichas, el que si no actúas como él quiere entonces ya nadota.
Bien trabajado es el que no pide y solo da, conoce su lugar en el mundo y respeta el tuyo, el que siembra certezas y ofrece entornos seguros. Pero en su lado más oscuro tiende a comprar sus comodidades, a no moverse, el que después de años te dice “por mi tragas”. Con estos seres preguntar siempre los términos y condiciones, los plazos y las fechas, el costo anual total, los intereses emocionales y jamás acumular deudas, incluso huir cada que aumente tu comodidad pero disminuya tu libertad.
Rey de espadas
El rey de espadas es el de las conversaciones profundas y horas largas desgranando teorías e ideologías, es el académico que autodidacta o con escuela siempre le busca una razón a la vida, el de los datos y las estadísticas, el que debate con un muro y le gana. En su lado menos luminoso siempre va a querer tener la razón aún por encima de la verdad, el dueño de lo que dice pero rey de lo que calla, el que te deja dudando de tu intuición que le parece poco razonable .
Su palabra es la ley, y bien trabajado es capaz de hacerte cambiar de opinión y hacerte mirar otras realidades que no habrías visto, es estratégico y objetivo, con el que te podrías ir al fin del mundo y ya tiene el apocalipsis planeado. Pero en su sombra es el que manipula con las palabras, las tergiversa, las acomoda a su antojo o simplemente se las guarda dejándote con el alma llena de dudas, sus sentimientos los tiene clasificados por fechas e intensidades y sus palabras pueden ser tan claras cómo hirientes. Con este ser lo que queda es no dudar de ti ni de la fuerza de tus palabras ni sentimientos aunque según él no tengan ni pies ni cabeza.
En tierra de ciegos la tuerta es la reina
Llevo muchos años interpretando el tarot, dejé el periodismo por la magia pero me quedó la manía de los datos, contrastes y contrapesos, y un 75 por ciento de mis consultas se tratan de amores y desamores, de reyes que ocupan toda la cabeza y el corazón de mis consultantes, se apropian de tronos sin ganarlos. Y las veo todas reinas perdiendo la cabeza y la corona para tratar de entenderles, mucho dinero y muchas horas en encontrar el secreto de sus desvelos, lo que queda es saber que no existen reyes sin reinas que les den el poder y un lugar en el trono de sus vidas.