Gloria Anzaldúa cuestiona: “¿quién nos dio permiso de realizar el acto de escribir? La escritura me salva de esta complacencia que temo, escribo para grabar lo que otros borran cuando hablan. Para escribir nuevamente los cuentos mal escritos de mí”.
Qué miedo escribir siendo mujer, ¿no? Porque claro, somos esas perritas malintencionadas que no saben dónde depositar su sentir y lo vomitan en textos que no deberían publicar. Porque no somos escritoras en serio. Pero cuando Bukowski escribía: “he desperdiciado mi vida entera, no sé a dónde ir”, gran escritor y genio de las palabras.
Las mujeres no tenemos derecho a escribir, porque cuando lo hacemos, como dice Gloria, contamos lo que otros borran cuando hablan, porque reescribimos los cuentos que se cuentan de nosotras y entonces nombramos violencias sistémicas y estructurales. O simplemente dejamos de ver ciertos procesos como “individuales” y nos damos cuenta que lo que vives y sientes tú, a mí también me pasó.
Entonces, ¿la loca soy yo? ¿O es el mundo? Y ahí nombramos.
Yo sólo sé que tengo libretas llenas de pensamientos que no voy a esperar a que los olvide el tiempo, por eso quiero compartirlos contigo. ¿Estará bueno? No lo sé. ¿Valdrá la pena leerlo? Tampoco sé. Ni me importa —primera sinceridad—.
La Desvelada, para mí, es ese espacio que abraza las intensidades, y en un mundo que nos ha escupido, relegado, rebajado y hecho sentir mal todos los días por ser “unas intensas”, yo quiero escupirle de regreso un volcán de sentimientos.
SÍ, SOY UNA INTENSA Y QUÉ.
SÍ, ESTOY LOCA Y QUÉ.
SÍ, ESCRIBO DE AMOR Y PIERDO LA CABEZA.
SÍ, LLORO MUCHO Y ME GUSTA EL ROSA Y LAS PRINCESAS, Y SOY DELICADA PERO TAMBIÉN ME RASCO LA COLA Y VOY A ESCRIBIR ASÍ EN MAYÚSCULAS Y SIN SINTAXIS NI SENTIDO PORQUE EN MEDIO DE LA RABIA, ESO SOBRA.
Y porque, ¿saben qué? A LA VERGA.
Sí, a la verga, así en mayúsculas y en un texto, porque también hay que cuestionarnos ¿qué mujeres de hecho sí tienen la posibilidad de escribir?
Yo solo sé desnudarme
Porque la ropa me incomoda
Porque las capas que tengo cargando me pesan mucho, aún más que mis tetas pesadas.
No sé hacer otra cosa que no sea sentir mucho.
Ya no tengo miedo a ser intensa.
Intensa y fuerte como el mar que aún en la calma es océano.
Gloria Anzaldúa apunta: “Olvídate del cuarto propio, escribe en la cocina, en el camión, en el baño”.
Escribamos, chingadamadre, porque como diría Audre Lord: “la poesía para las mujeres no es un lujo, es una necesidad vital: nombrarme a mí. Escribirme a mí.”
Bienvenidx a sirenidades, sinceridades de una sirena en sus desvelos de amor.
escribir para mí es dejar ir un cúmulo de sentimientos/pensamientos que encuentro atorados en mi ser y que necesito nombrar… a veces sobrepienso demasiado y los dejo en mis notas, cuadernos, hojas sueltas pero no comparto tanto.
Gracias por compartir, me identifico contigo y me inspiras para que me valga madre lo que piensen los demás de mi 💖