Si eras una adolescente underdog y crónicamente en línea alrededor de 2013 y 2016, seguramente encontraste My Mad Fat Diary. Esta comedia dramática británica ambientada en los noventas, se volvió icónica por muchísimas razones, principalmente por tener una protagonista gorda, realmente gorda y no “gorda” como nos decían que era René Zellweger en El Diario de Bridget Jones o Anne Hathaway en El Diablo Viste A La Moda.
La serie sigue a Rae Earl, una chica de 16 años que tiene sobrepeso y acaba de salir de un hospital psiquiátrico luego de haber intentado suicidarse. Como parte de su recuperación, se le sugiere llevar un diario “que si alguien alguna vez encuentra y lee y llega a la conclusión de que estoy loca, estarían en lo correcto”, dice ella misma en el piloto. También le es requerido ir a terapia en la clínica al menos una vez a la semana, y conocemos a Rae en el momento en que ella conoce a su nuevo psicólogo: Kester. Ahí recuerda todo lo que ha sucedido de regreso en el mundo exterior.
La historia, a pesar de tocar temas delicados e importantes, es una comedia adolescente. Rae tiene problemas y es como cualquier otra chica de 16 de los 90’s: adora a Oasis, fantasea con muchachos, siente la presión de ser delgada, quiere tener amigos, quiere ir a fiestas, su madre la desespera mucho y vive llena de emociones.
Quizá el encanto viene de que la serie está basada en la vida real. Rae Earl es una mujer de Inglaterra que en los dos mil publicó sus auténticos diarios de cuando era una adolescente “loca y gorda” en los ochenta. Los libros tuvieron tanto éxito que la productora Tiger Aspect compró los derechos para adaptarla a la televisión, haciendo varios cambios (como ambientarla en otra década), pero manteniendo la esencia.
Si bien hay muchos enfoques de los que se puede hablar de esta serie, una de las dinámicas más interesantes y en la que menos reflexioné las primeras veces que la vi, es la de Rae y Chloe.
Aunque siempre han sido muy diferentes, Chloe es la mejor amiga de Rae desde que eran niñas. Sin embargo, en la adolescencia se distanciaron porque Chloe decidió perseguir la popularidad y Rae era un impedimento. Es fácil villanizar a Chloe, verla como una simple chica egoísta, pero las amistades femeninas son mucho más complicadas que eso.
Round 1
La primera temporada conocemos la dinámica establecida entre las amigas. Rae con un físico muy diferente al del resto de las chicas de la escuela, es sarcástica, imprudente, graciosa y ansiosa. Prefiere pasar tiempo en su cuarto, con su adorada música. Chloe, por su parte, tiene un cuerpo que se ajusta perfectamente a los estándares de belleza, le encanta la moda, y sueña con ser deseada y famosa. Chloe dejó de lado la amistad que tenía desde niña con Rae para florecer en la sociedad estudiantil, por lo que Rae está algo resentida.

Sin embargo, en el primer episodio después de que Rae desapareció por meses, lo primero que Chloe hace cuando se encuentran por casualidad, es abrazarla e invitarla a un bar con su nuevo grupo de amigos. Le comenta que apenas ha empezado a juntarse con ellos, pero que puede presentárselos. Si bien Rae está nerviosa y cohibida, la aceptan bien y es cuando comienzan los problemas. Parece que a Chloe no le encanta que Rae se lleve la atención. Comienza a hacer comentarios fuera de lugar o pequeñas acciones para minimizar a Rae, incluso le dice que tiene que aceptar que ningún chico saldrá con ella porque es gorda y “los chicos no salen con gordas porque los otros chicos se van a burlar de ellos”.
Cuando eventualmente Rae le cuenta que Archie, el joven artístico y guapo la besó, lo primero que Chloe pregunta es “¡¿Cómo?!” porque realmente le parece sorprendente y no entiende cómo pasó.
Finalmente, en un episodio, comienzan a pelear.
—Estás celosa porque yo tengo novio y tú no— le dice Chloe. —¿Sabes? Siempre me haces sentir culpable por tener cosas. Crees que lo tengo todo muy fácil, Rae, y no tienes idea de lo que es entrar en una habitación y que todos te miren todo el tiempo.
—Sé lo que se siente entrar en una habitación y que todos me miren— responde molesta Rae, que siempre está demasiado consciente de su altura, de su físico. —¿Sabes que cada vez que hablamos con chicos no nos están hablando a nosotras? Te están hablando a ti.
—Oh, lo que sea, Rae.
—Oh, no, por supuesto que no, princesa Chloe. Así que no te atrevas a sentarte ahí y decirme lo difícil que es todo para ti. Sólo eres una…
—Vamos, dilo.
—Chloe, realmente eres una amiga de mierda… a veces.
Todas hemos estado ahí, en un enfrentamiento con una amiga a quien en realidad quieres mucho. Todas hemos tenido una amiga que adoramos pero que no estamos segura de si realmente nos quiere tanto como nosotros a ella. Este sentimiento se volvió viral cuando el 7 de junio de 2024, Charli XCX estrenó su álbum BRAT cuya canción número 10, titulada Girl, so confusing de inmediato captó la atención del público. La letra hablaba justo de este monólogo interno en las amistades femeninas donde la envidia, las inseguridades de ambas y la percepción de los demás sobre ellas pueden causar estragos en una relación.
“No sé si me quieres, a veces creo que me odias, a veces creo que yo te odio, quizá sólo quieres ser yo” canta Charli y da algunas pistas sutiles de quién podría estar hablando, para después continuar con: “No estoy segura de si quieres verme, cayéndome y fallando. Y tú no estás segura de lo que estás sintiendo. Creo que yo sé cómo te sientes. Chica, es tan confuso a veces ser una chica”.
El trend se expandió por las redes sociales, con teorías sobre de quién podría estar hablando Charli, con la gente hablando de sus propias vivencias en el tema, con videos de personas haciendo lip sync de la canción con sus amigas, sus compañeras de trabajo, hermanas o incluso con sus madres.
La experiencia parece ser universal, pero ¿por qué?
Round 2
Después de la pelea con Chloe, Rae va furiosa con su psicólogo, Kester y le explica que está harta de ser amiga de Chloe, que ya no la quiere en su vida. Él le pregunta por qué, ¿qué ha cambiado? Rae le narra la dinámica de su amistad, pero Kester insiste: si su amistad siempre ha sido así, ¿qué cambió?
Los hombres. La relación de Rae con los hombres y el romance ha cambiado, y por lo tanto también la amistad.

Rae había pasado tanto tiempo hundida en su TOC, atracones de comida, ideas de su físico, su ansiedad, pensamientos suicidas y sus problemas con su madre, que en realidad nunca había pensado tanto en una relación romántica. Nunca se había visto a sí misma como alguien que podía llegar a tener una. Pero después de haber pasado meses en un psiquiátrico donde mejoró su salud mental, para luego convivir constantemente con chicos, tener su primer beso y faje, Rae se dio cuenta de que una relación era algo que quería, algo posible. Chloe estaba acostumbrada a que Rae se mantenía al fondo, y el que ahora también tuviera un reflector de atención masculina cambiaba las cosas para ella.
El problema se hace más evidente cuando ambas comienzan a competir por el mismo chico.
Finn representa cosas diferentes para ambas. Para Rae es el chico que la defendió de quienes la molestaban, es el chico que ama hablar con ella de música, es gracioso, inteligente y guapísimo; es lo que siempre ha soñado. Para Chloe, quien sale de una relación inapropiada y dramática, Finn representa algo “normal”, alguien “bueno”, un chico guapo de su edad que es lindo y que quizá es lo que ella necesita.
Rae se acerca más a Finn emocionalmente, se tienen más confianza y confidencias e incluso desarrollan su propia manera de comunicarse, Chloe se acerca más por el lado físico. Rae se siente mal y traicionada, pero la competencia nunca fue establecida explícitamente, Rae siempre fingió que no le importaba el chico de manera romántica, insistía en que ella y Finn eran solo amigos. Cuando Chloe le pregunta directamente si le gusta alguien, Rae le dice que no. Pero las cosas se descontrolan cuando Chloe encuentra el diario de Rae y lee las cosas malas que escribió sobre ella y Finn.
¿Alguna vez lo han hecho? Decir, o escribir en medio de su enojo cosas impulsivas sobre alguna de sus amigas. Decir que son fastidiosas, o que no las están soportando últimamente. Yo sí. De hecho supongo que viví una situación muy similar, pero me estoy adelantando. La cosa es que los hombres o las relaciones románticas en general, son una razón muy común que provoca que las amistades tengan problemas, peleas o se disuelvan. Aunque las series de niños y adolescentes nos hicieron creer que ser “buena amiga” y no pelear jamás ni dejar que un hombre se interpusiera en tu amistad es algo fácil, algo obvio, con el paso del tiempo entiendes que no es tan blanco y negro como parece.
En el estudio How Friendships End: Patterns among Young Adults por Suzanna M. Rose, se identifican cuatro patrones principales en la disolución de la amistad: separación física, nuevos amigos que reemplazan a los viejos, el que tu amigx te empiece a desagradar y la interferencia de las citas o el matrimonio. Resalta además que “la separación física tenía más probabilidades de precipitar la disolución de las amistades de los hombres, y las citas o el matrimonio tenían más probabilidades de interferir en las de las mujeres”.

Poorna Bell escribe en Our Expectations Of Millennial Friendships Don’t Prepare Us For The Reality, un artículo de Refinery 29: “Al repasar mis amistades, especialmente aquellas largas que terminaron o se desvanecieron, las problemáticas en común surgieron con la incorporación de una nueva pareja o un cambio importante en el estilo de vida.”
Las mujeres reportamos amistades más íntimas, que demandan más conexión emocional y que por lo tanto chocan más fácilmente con las exigencias de una pareja o de las citas. Si bien no todas las amistades son iguales, porque la combinación de distintas personas hacen diferentes resultados, todas llegan a una dinámica establecida que al introducir una nueva pareja puede quebrarse e incluso caerse por completo.
En My Mad Fat Diary la dinámica es esta: Chloe es la “femenina”, la que lee revistas de moda, la que tiene un cuerpo de ensueño y por lo tanto a la que los chicos buscan y ven. Ella es quien llama la atención de posibles prospectos románticos. Rae es la más “tomboy”, sabe de música, es ruidosa y los chicos nunca la ven como un prospecto romántico. La atención es toda de Chloe.
Pero cuando eso cambia, la relación se desbalancea. Ninguna de las dos tiene experiencia en esta nueva dinámica de su amistad, para Rae son sentimientos encontrados sobre dejarse ser vista y ser vulnerable en un contexto romántico (algo que aún no se cree del todo) y que no sabe cómo hablar con Chloe; para Chloe en cambio es puro caos del mundo como lo veía.
Según Loren Abell y Gayle Brewer en su estudio Machiavellianism and Schadenfreude in Women’s Friendships, las mujeres que mostraban niveles más altos de envidia tendían a experimentar más schadenfreude (alegrarse de la desgracia ajena) cuando su amiga tenía problemas en sus relaciones románticas y su apariencia física.

Personalmente, aunque creo que es evidente que Chloe no está tan contenta de que Rae tenga atención masculina o que sea el centro de atención del grupo en general —e incluso le alegra cuando algo no le sale— también lo es que Rae de cierta forma se siente igual.
Entonces los problemas de amistad dejan de ser por los hombres y cambian un poco más a la envidia.
Round 3
Hay una frase de Oscar Wilde que dice: “Simpatizar con las penas de un amigo es fácil. Simpatizar con su éxitos requiere una naturaleza delicadísima”.
La relación entre Rae y Chloe es un constante estira y afloja donde las dos tienen envidia de distintos aspectos de la otra, incluso aunque al inicio no resulta evidente que es de ambos lados porque vemos todo desde la perspectiva de Rae.
Chloe aconseja a Rae que esconda sus debilidades u opiniones, le dice que ella sí la acepta con todo pero los demás no serán tan comprensivos. Rae por su parte constantemente cree que Chloe está siendo una “fácil”, o que es deliberadamente una mala amiga. Sin embargo, como espectador es importante notar que hay heridas emocionales que las hacen reaccionar así, las dos tienen inseguridades que hacen que la otra sea como un espejo de todo lo que ellas no pueden ser.
Por ejemplo, cuando los hombres del grupo invitan a Rae al concierto de Oasis, ella está emocionada hasta que uno de ellos le dice, sin malicia, que es porque todos la ven como un chico más. Se siente mal y cree que si fuera Chloe seguramente nadie le diría que la ven como un chico. Sin embargo, más tarde descubrimos que Chloe estaba celosa de la situación, pues ella también quiere ser vista como alguien que los chicos quieran invitar a pasar el rato con ellos solo por su personalidad.
Durante la mayoría de la serie, Chloe envidia que Rae tiene una gran personalidad, que es inteligente e ingeniosa y tiene el cariño de sus amigos a pesar de que no es lo que a ella le enseñaron que debía ser una chica. Mientras Rae le envidia tanto su físico como el hecho de que Chloe tiene una familia tradicional y unida. Hay un episodio en donde Rae claramente recuerda cómo tuvieron un accidente de niñas mientras jugaban y el papá de Chloe ayudó primero a su hija. El padre de Rae nunca estuvo presente en su vida.

Ambas están celosas de cosas que la otra tiene y creen que si lo tuvieran serían más felices, incluso si ninguna de las dos es totalmente feliz. Tienen una versión idealizada de lo que debe de sentirse ser la otra, aunque ambas son parecidas: pueden enredarse tanto en sus problemas que se olvidan de que la otra también tiene los suyos propios. Que puede haber cosas más importantes.
Pero de alguna manera siempre se preocupan por la otra.
En todas las ocasiones que Chloe le dice casi con pánico a Rae que no comparta sus secretos, que haga cosas como fingir perder o hacerse la tonta sólo para gustarle a los chicos, cuanto más averiguas de ella más te das cuenta de que lo hace porque así fue criada y eso piensa de ella misma. Chloe firmemente cree que si se deja ser y deja que los demás conozcan sus imperfecciones y vulnerabilidades, nadie va a aceptarla. Es su manera de tratar de cuidar a Rae a su forma. Y también a veces suelta comentarios pasivo agresivos porque ella se ha esforzado en hacer todo lo que la sociedad le dice que la ayudará a tener novio y popularidad, no entiende porqué a Rae que hace lo contrario, las cosas le salen bien. Pero su intención nunca es herir a Rae, incluso después de que sale a la luz que Rae estuvo en un hospital psiquiátrico porque intentó suicidarse, es Chloe quien organiza una pequeña reunión en donde todos puedan hacer preguntas al respecto y las cosas se aclaren. Hasta parece molesta cuando Izzy pregunta si se llevaron a Rae al psiquiátrico dramáticamente.
Por su parte Rae puede enfocarse demasiado en su perspectiva y es dura muchas veces en la manera en que juzga a Chloe, pero incluso cuando está enojadísima, cuando Chloe acude a ella porque quedó embarazada, Rae suelta su enojo y se pierde el concierto de su banda favorita para acompañar a su amiga al doctor y cuidarla en su aborto. En la segunda temporada, cuando Chloe se hunde en la depresión y termina viviendo en condiciones cuestionables con personas cuestionables, es Rae quien la salva.
Las dos tienen buenos y malos momentos. Rae suele mentirle a Chloe sobre sus sentimientos hasta que no tiene opción. Cuando Rae finalmente se abre sobre por qué estuvo en el hospital, Chloe se va a la mitad de la conversación porque su exnovio la llama. Cuando en la segunda temporada alguien esparce fotos de Chloe en lencería por toda la escuela y Rae trata de ayudarla y defenderla, se siente decepcionada cuando resulta que fue la misma Chloe quien lo hizo, en un intento de ser relevante y popular. Esa misma temporada Chloe defiende a Rae de una chica que la quiere golpear por algo que Rae negó hacer, y cuando resulta que Rae sí lo hizo, Chloe se va, defraudada.
Pero siempre encuentran la manera de perdonar, comunicarse y bajar la guardia. Lo que en la vida real, sin guiones, es muy difícil.
Mi experiencia
Siempre me identifiqué mucho con Rae, yo también era (y a veces aún soy) insegura con mi cuerpo. Mis amigas eran, en su mayoría, muy opuestas a mí: tenían pieles perfectas, dinero para arreglarse los dientes, eran atléticas y flexibles, estaban más desarrolladas y también me parecían mucho más bonitas que yo.

Incluso cuando crecí y dejé atrás las incesantes autocríticas hacia mi físico, al igual que Rae, nunca pensaba conscientemente en tener una relación. Me gustaba fantasear, leer libros de romance y series y películas con finales felices y con famosos, pero tener una relación nunca fue algo que realmente creí alcanzable durante gran parte de mi juventud.
Mis amigas se desesperaban porque a pesar de tener muchos crushes nunca hacía nada para hablar o avanzar nada con ninguno, pero era por lo mismo. Yo no me sentía lista, no me sentía ni muy deseable ni madura para elegir, y creí que si elegía en ese estado, si lo intentaba, todo iba a salir terrible y evadir el dolor sonaba a lo más lógico. Al empezar a ir a la psicóloga, ella estaba genuinamente fascinada cuando la dejé escarbar en todo lo que mi cerebro me lanzaba como obvios impedimentos para que yo pudiera siquiera aspirar a tener novio.
Lo más cerca que estuve de una relación era el chico que amaba el invierno, pero incluso con él (como descubrí en terapia) jamás me imaginaba casándome o incluso teniendo una relación larga y seria. Aunque nuestro affair sí desató problemas entre mis amigas y yo: perdí a la que en ese momento era mi mejor amiga del grupito que teníamos en la universidad, y también hubo una “pelea” con quien para fines de este ensayo, llamaré mi Chloe A.
Las cosas se enredaron tanto que borré cuatro páginas de este ensayo para resumirlo en esto: dije cosas que no debí haber dicho (ajá, como cuando Chloe encuentra el diario de Rae donde dice cosas de ella), estaba por primera vez experimentando sentimientos que nunca había sentido, pero me disculpé lo mejor que pude y traté de arreglar las cosas. Cuando nos volvimos a ver, ella me abrazó diciéndome que me extrañaba. Creí que nuestra amistad se había vuelto más fuerte, que ella, Izzy y yo seríamos un trío inseparable, pero resultó que durante los siguientes años Chloe A estuvo buscando evidencia de que yo la odiaba. No entendí bien por qué, la única vez que sentí que me alejé de ella fue cuando el chico que amaba el invierno murió, aunque lo cierto es que me alejé un poco de todos.
Además siempre le estuve agradecida, y siempre lo estaré porque gracias a ella lo conocí, y fue ella también quien me mantuvo informada de lo que le sucedía durante sus últimos días. Era sólo que incluso si ambas estábamos hundidas en nubes de duelo, no sentía que ella comprendiera, de hecho no sentía que nadie comprendiera lo que sentía; nadie podía entender el mundo que cree con él y por lo tanto tampoco nadie podría entender lo devastador que había sido perderlo. Pero creí que seguíamos bien, que después de la terrible llamada y varios audios llorando, seguiríamos unidas aunque no pudiera verbalizarle mis sentimientos. Incluso cuando comenzaron los desaires, cuando Izzy y yo no entendíamos por qué no quería pasar tiempo con nosotras, por qué otros planes eran más importantes, creímos que eventualmente volvería a nosotras. Hacíamos videollamadas para saber cómo estaba cuando se iba de viaje, tratábamos de iniciar conversaciones pero algo estaba mal y ella ya congeniaba más con quien llamaremos Chloe B.

Chloe B y yo también nos volvimos cercanas, Izzy se enamoró, y aunque nunca me hizo de lado emocionalmente, entendía que estuviera pasando por su etapa de luna de miel, así que por un tiempo éramos sólo las Chloes y yo. Me gustaba salir con ellas. Chloe B también me entendía en muchísimas cosas, me gustaba estar con ella y podíamos durar horas platicando sobre nuestras experiencias y cosas que sentíamos que sólo la otra entendía. Pero el año pasado, luego de ocho años de amistad con Chloe A y un poco más de dos años con Chloe B, ambas me sacaron de su vida.
Ese año me había permitido caer por un muchacho, por primera vez en mucho tiempo. Ding ding ding: un enamoramiento cambió una dinámica de amistad. Para los efectos de este ensayo, supongo que puede funcionar que lo llame Finn Tercermundista.
Justo como Rae y Finn, éramos solo amigos, incluso cuando me di cuenta de lo mucho que me gustaba, no hice mucho al respecto. Yo bebía y fingía que nada estaba sucediendo con mis sentimientos hacia él, o al menos trataba. Igual que Finn, él se ganó mi confianza y me hablaba de música, teníamos chistes privados y pasé varios fines de semana durmiendo junto a él en su apartamento.
Sé que actué como Rae y como otros personajes a los que te desespera ver cómo llevan las cosas al límite con tal de no hablar. Pasé muchas noches preguntándome si, aunque las Chloes nunca me preguntaron directamente e incluso ya sabían lo mucho que él me gustaba, debí haberles contado abiertamente cómo me sentía respecto a Finn tercermundista. Pero jamás sabré si hubiera ayudado o hubiera hecho las cosas más incómodas y todo se habría desplomado de todas formas. Porque así fue.
Después de un viaje juntos, todo se cayó. Las Chloes no me dirigían la palabra, Finn tampoco. Izzy fue quien me informó por qué y todos terminamos en un café hablando las cosas; aunque en realidad no me sentí escuchada. Chloe A no iba a dialogar de todas formas, no quería comprenderme ni preguntar, tampoco quería ser comprendida, iba a “terminar” conmigo. Me exigió que le dijera la verdad que ella sabía: que yo la odiaba. Yo, que ayudaba a mi mamá a hacer carteles para ponerle cuando hacía sus presentaciones artísticas por Zoom. Yo, que le compartía mis almuerzos cuando trabajábamos juntas. Yo, que la peinaba siempre que me lo pedía. Yo, que un par de meses antes de esa tarde, la había consolado mientras ella lloraba en mi apartamento y nos contábamos nuestros miedos. Yo, que literalmente siempre había hecho todo por estar para ella. También le dijo a Izzy que quizá a ella sí le debía una disculpa porque la apartó de su vida sólo porque era demasiado unida a mí.
Chloe A ni siquiera tenía argumentos concretos para decir que yo la odiaba, lo único que decía era que “lo sentía” en mi energía. Pero si era verdad, si estaba tan molesta y segura de que yo era la mala ¿por qué nunca me miró a los ojos? En toda su exposición de motivos que en realidad se reducía, en pocas palabras, a: “un día decidí que seguramente me odiabas y en lugar de hablar las cosas decidí resentirte por años y buscar cualquier señal que me lo confirmara”, nunca me miró a los ojos, ni una sola vez. Cuando traté de responderle se limitó a meter las manos debajo de la mesa y mirarlas fijamente.
Sé que seguramente sí debí tener actitudes raras, luego de darle muchas vueltas creo que quizá lo que ella había “sentido” era que yo la resentía porque podía darme cuenta de que algo no andaba bien. Porque de alguna manera sí me sentía desplazada y no bienvenida por ella, rechazada sin saber por qué. Pero entender no significa excusar ni perdonar, después también me enteré que ella llevaba años excluyéndome intencionalmente de planes y celando terriblemente a otros de nuestros amigos cuando yo salía con ellxs.

Chloe B también fue un golpe duro, aunque ella sí trató de disculparse, las palabras que me decía eran incongruentes con su manera de actuar. Dijo que mi amistad era importante para ella pero siempre se pondría primero a Chloe A. Me dijo que en realidad siempre supo que me gustaba Finn, pero se enojó porque yo no se lo dije explícitamente y eso para ella significaba que la confianza en nuestra amistad no existía. Ella había pasado por situaciones complicadas familiares y mis sentimientos encontrados parecían bobos comparados, además cada vez que yo quería hablarle de él podía ver su boca torcerse, ella tenía la habilidad de hacer muy evidente que algo la incomodaba y yo prefería cambiar el tema. ¿Qué se suponía que debía haber hecho? ¿Por qué la amistad tenía que significar decirlo absolutamente todo? ¿Y si ella ya sabía de mis sentimientos por qué en lugar de alegrarse de que yo estuviera al menos feliz, se la pasaba preguntándole a Finn (en mi cara) con quién estaba saliendo, y sugiriéndole chicas a las que debería darles una oportunidad? ¿Qué hubiera sentido ella si yo hubiera hecho lo mismo? ¿Cuál era el objetivo de todo eso?
El remix
El 21 de junio del 2024, Charli XCX lanzó el remix de su Girl, so confusing, con nuevos versos cantados y escritos por Lorde. La cantante neozelandesa que la mayoría sospechábamos era a quien se refería Charli en la canción original, saltó a esta nueva versión respondiendo a lo que Charli había dicho (que no sabía si la odiaba o si la quería, si era genuina con ella o pasaba algo más).
“Bueno, honestamente, me quedé sin palabras cuando desperté y en tu nota de voz me decías cómo te sentías. Vamos a resolverlo en el remix. Tú siempre me invitabas a salir pero yo cancelaba en el último minuto, estaba tan perdida en mi cabeza y asustada de salir en tus fotos. Porque durante los últimos dos años he estado en guerra con mi cuerpo, intenté adelgazar hambreándome y luego volví a recuperar todo el peso. Estaba atrapada en el odio y tu vida parecía tan increíble, nunca pensé ni por un segundo que mi voz estuviera en tu cabeza”, canta.
Durante años la industria y la prensa había puesto en competencia a las cantantes, debutaron prácticamente durante la misma época y sin embargo Lorde alcanzó mayor popularidad tanto mainstream como crítica. Siendo más joven que Charli muchos creían que ella la envidiaba, especialmente porque en entrevistas llegaban a confundir a Charli con Lorde porque tenían el cabello parecido. Nadie estábamos seguros de que realmente fueran amigas, pero el internet enloqueció con esta revelación, con este fenómeno de que dos amigas hablaran públicamente sobre lo que las incomodaba y cómo eso afectaba su relación.

A finales de 2023, se viralizó un artículo de Substack titulado “The friendship problem” de Rosie Spinks que exploraba el problema de las amistades en la modernidad. De acuerdo a sus vivencias, a la observación de las experiencias de sus propios amigos y varias referencias, la autora explora cómo las amistades actualmente parecen estar en crisis. Tenemos aplicaciones para todo, si queremos podemos prescindir hasta de ir al supermercado, podemos tener todo al alcance de nuestras manos, sin salir de casa o tener que enfrentar el clima, el transporte y por lo tanto evadiendo también incomodidad o personas.
El cerebro humano suele estar en una búsqueda constante por eliminar la incertidumbre, por lo que es comprensible que estas nuevas tecnologías nos parezcan increíbles. Obviamente también ayudan a muchas personas y resuelven muchos problemas, pero también dejan entrada a creer que todo debería ser fácil y sin molestarnos, sin fricción y sin inconvenientes.
En su video ensayo is “true friendship” dead?, Mina Le dice: “En este clima anti conflictos, la idea de que dos mujeres puedan ‘resolverlo en el remix’ es parecida a un milagro. Ya sea que Charli y Lorde se vuelvan amigas para el resto de sus vidas, o no, ese no es el punto. El punto es que le dieron voz a un fenómeno del que casi no se habla, aunque afecte a muchxs de nosotrxs”.
Spinks en su Substack también explica que: “Las amistades, por naturaleza, están hechas de fricción”. Evitar la fricción con amistades y relaciones que realmente nos importan, solo lleva a más problemas, a soledad: “y fricción no es sólo interrumpir tu día o tu vida para ayudar a un amigo, sino también admitir que necesitas la clase de ayuda por la que no puedes pagar o pedir de una aplicación. La que atraviesa el velo de aparente productividad y de fingir que tienes todo en orden para decir: ‘Necesito algo de ti ¿puedes ayudarme?’”
Charli con su canción admitió que necesitaba a Lorde, que de verdad quería ser su amiga, pero con esa dinámica que tenían se sentía herida y quería saber qué era lo que la Neozelandesa pensaba. En lugar de atacarla, decidió hablarlo abiertamente, dispuesta a escuchar el lado de Lorde en lugar de asumir que la otra la odiaba.
Final
En la última temporada de My Mad Fat Diary, Chloe es más madura y casi pierde la vida por preocuparse por Rae, aunque en la cama del hospital le asegura que no fue su culpa, que simplemente son amigas:
“I’ve got your back, babe”.
“I’ve got your back” le responde Rae.
Rae se va hacia la universidad, aunque promete a Chloe que no importa dónde estén, o qué estén haciendo, siempre serán Chloe y Rae. Siempre serán mejores amigas.

Es un lindo final aunque la vida real es más complicada. Si bien la serie está basada en la Rae real, Chloe es un invento de los guionistas. En los libros lo más cercano a Chloe es Bethany, una chica que la verdadera Rae dice que es una mezcla de distintas chicas pasivo agresivas con las que tuvo que lidiar durante su adolescencia. Incluso el Finn de la vida real se parece más a mi Finn tercermundista que al de la serie. En los libros, Rae le dice “Haddock”, y es un chico introvertido con quien ella desarrolla una conexión especial y una amistad con fuertes vibras de algo más; un chico que no sabe lo que quiere y que a pesar de lo que busca aparentar, en realidad es muy inseguro. La verdadera Rae y el verdadero Finn tienen una conexión especial, pero no llegan ni a un beso, nunca.
Así pues, sin guiones ni storylines planeadas, es difícil saber cuál es el final de una temporada y el inicio de otra. A Charli y Lorde les tomó casi 10 años aclarar sus confusos sentimientos y perspectivas sobre su amistad, y son un caso de éxito. Pero así como las relaciones amorosas, a veces hay amistades que simplemente no se sostienen más.
En el artículo de Bell, Kate Leaver, autora of The Friendship Cure es citada diciendo: “Tratar la amistad como si fuera intocable y eterna a menudo no hace más que prepararnos para la decepción, porque inevitablemente algunas, si no es que muchas de nuestras amistades van a fallar, desvanecerse de nuestras vidas o terminar —ya sea calladamente o con un conflicto”.
Mi amistad con las Chloes terminó con aquel conflicto. Chloe A fue clara en que no quería tenerme más en su vida y a pesar de lo herida que me sentí y lo mucho que Izzy y yo lloramos por su decisión, lo acepté. Chloe B no sé qué quería de mí, ¿que yo olvidara todo en seguida? Chloe A me había empujado tanto que una parte de mi ya había pasado por un duelo por la amistad que alguna vez tuvimos, pero Chloe B quería que siguiera tratándola online como si nada hubiera sucedido. ¿Seguir siendo amigas casuales? La verdad es que jamás he sido casual respecto a nada en mi vida y no pude.
Fue apenas hace un par de meses que acepté que jamás voy a saber exactamente qué pasó, qué debí haber hecho o qué sintieron ellas, pero al empezar a escribir esto pude ver mucho de mis amistades con ambas de maneras que no había puesto en perspectiva antes. Quien sabe, quizá verme lidiar con situaciones románticas las triggereo tanto como a Chloe cuando Rae sale de su caparazón, no porque me odiaran pero porque era raro ver una yo a la que no estaban acostumbradas. Quizá estaban celosas de algo o quizá yo me metí demasiado en mi cabeza y no alcancé a ver su perspectiva. Quizá nos parecemos a Chloe y Rae en muchas más cosas de las que he podido señalar aquí.
Lo cierto es que como dice Leaver, en lugar de tomar nuestras amistades como relaciones en proceso y crecimiento, en lugar de reconocer que las dinámicas estaban cambiando y hablar y escucharnos y buscar cómo podríamos reforzar el vínculo, decidimos tratarlo como algo intocable y sagrado. Ninguna relación entre humanos se sostiene esperando la perfección, esperando que mágicamente la otra persona entienda lo que sientes, quieres o necesitas.

En ¿Cómo reconstruir una amistad? Los daños de la afinidad y el amor romántico, Miranda Campos escribió: “Con parejas sí utilicé tiempo y recursos para salvaguardar los vínculos pero no pude transferir esas dinámicas a mi amistad. Herida, me fue fácil hacer las preguntas incorrectas: ¿qué no éramos cercanas?, ¿qué no ella debía saber cómo me sentía?, ¿por qué no ha hecho nada para ayudarme a hacerme sentir mejor?”
Si alguien quiere reconstruir una amistad, ese ensayo de Miranda tiene recursos muy buenos. Quizá de haberlo leído antes del gran conflicto hubiera cambiado algo, sé que me sentí muy identificada cuando leí esas preguntas. Creo que las Chloes también debieron habérselas hecho pero sobre mí. Sin duda las reflexioné y he hablado de ello en terapia, pero así como ellas tomaron sus decisiones, yo también tomé la mía.
Como dice Mina Le en su video, uno solo puede hacer el esfuerzo de tratar de hablar las cosas, y “podemos estar en paz sobre que hicimos lo que pudimos pero al final del día, algunas personas no quieren hacerlo funcionar”.
Estoy segura de que esa reunión en el café jamás hubiera sucedido si yo no hubiera intentado hablar con ellas. Traté de abrir el diálogo en mi manera de mostrarles que aunque no soy fan de las confrontaciones sí quería saber qué estaba pasando porque ellas me importaban, pero claramente ellas no se sentían igual. Aunque sigo sin arrepentirme del cariño que les di y sé que aprendí mucho. Los recuerdos bonitos que tengo con ellas los guardo con cariño, e incluso se ven idílicos como esas escenas felices en las que Rae recuerda su amistad con Chloe cuando eran más pequeñas, pero por mi contexto personal, lo mejor que pude hacer por mí fue dejarlas ir por completo.
Sin embargo, me pareció importante reflexionar en todo esto. Las amistades tienen distintas dinámicas, no hay un molde que funcione para todas. Tengo amigas con las que hablo sólo dos o tres veces al año, tengo algunas con las que hablo casi todos los días. Algunas son muy similares a mi, otras son muy muy diferentes. Lo cierto es que no veo a ninguna como competencia, en realidad no puedo pensar en una sola de mis amigas actuales con la que me sienta en plan Girl so confusing, y creo que es bueno. Sin embargo, si alguna vez llegara a pasar de nuevo, en Seeing Other Women as Competition Isn’t Always a Bad Thing, Claire Cohen habla sobre cómo para ella está bien tener amigas que pueden parecer su competencia.
“Después de todo, ver a alguien como un rival generalmente significa que es una persona a quien tienes en alta estima y cuyos logros admiras”, explica. Para ella la pequeña chispa de celos que puede llegar a sentir es más una motivación contra ella misma “no competimos tanto con nuestras amigas, sino con nosotras mismas.”
Aunque esa dinámica puede ser peligrosa si no hay nada de autorreflexión y empatía con la otra. Como dice Lorde en uno de sus versos de Girl, so confusing: “Es solo defensa propia hasta que estás construyendo un arma.”
Para muchas personas, la dinámica de Chloe y Rae puede ser muy problemática, sin duda lo era para mí, pero creo que si algo podemos rescatar y aprender de ellas es lo que hacen tan bien durante la serie: admitir que necesitas a la otra, que la quieres en tu vida y necesitas su ayuda, admitir que no eres perfecta y que la otra persona tampoco, pero que ambas están dispuestas a tomar las acciones necesarias para mejorar su amistad.