abril 28, 2025

Donata, 65, Puno, Perú

By In Perfiles

Este texto fue escrito como parte de un ejercicio de la 9na generación de la #RedLATAM de Distintas Latitudes.

Por Carolina Díaz

Fue diagnosticada con artritis reumatoide desde hace más de veinte años, pero Donata Carvajal Quispe no ha dejado de moverse a pesar de sus limitaciones físicas. Es una mujer indígena, con discapacidad, abuela de tres, pero también una persona torturada por el Estado por ejercer su derecho a la protesta

Ha viajado más de 10 mil kilómetros para contar, en un comité de las Naciones Unidas en Ginebra, que en 2024, mientras se manifestaba sentada, una vez más, contra el autoritarismo y la represión del gobierno, 20 policías la detuvieron, la desnudaron, llenaron su cuerpo de moretones, la hicieron dormir en un hueco con desechos humanos y se burlaron de su ropa y de su lengua, el quechua. 

“Nunca dejaré de gritar Dina asesina”, dice, como consigna contra la presidenta peruana. No pierde la esperanza, tampoco la dulzura. Responde a los golpes con abrazos. No quiere ser como ellos. No quiere ser como el hombre de pie a sus espaldas, quien, minutos antes, aseguró que el Perú siempre ha respetado los derechos humanos.

A pesar de todo, Donata confía: nunca nadie ha conseguido sostener una mentira durante tanto tiempo.

Fotografía: Carolina Díaz

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