Este texto fue escrito como parte de un ejercicio de la 9na generación de la #RedLATAM de Distintas Latitudes.
En João Pessoa, donde el sol nace primero en América, el afecto y la lucha son combustibles para cambiar la realidad. Aquí, los últimos 40 años de activismo LGBTQIAPN+ se entrelazan con la amistad de Marli Soares y Angela Chaves. Educadoras y activistas lesbianas, se conocieron en protestas sindicales y nunca se soltaron las manos.
Caminar en red y tener coraje marca sus trayectorias. Formaron organizaciones antirracistas y por las mujeres lesbianas y bisexuales. En 2017, lograron una ley contra la discriminación LGBTQIAPN+ en Paraíba. En sus memorias, las pérdidas por el sida, en los 80, y la covid-19, aumentaron aún más la necesidad de resistir. «Luchamos para sobrevivir. Porque creemos que hay un arma siempre apuntada para quien es LGBTQIAPN+, negro, indígena.», confiesa Angela. «No tiene sentido quedarse de brazos cruzados», insiste Marli.
Sintiéndose jóvenes activistas, Marli y Angela están construyendo un sueño colectivo de ir en busca del respeto. Con las mismas manos que se unieron hace más de 30 años, ellas dan un choque de cinco. La energía y la unión que demuestran con el acto ha transformado la historia de este lugar para mujeres, personas negras y LGBTQIAPN+. «Nuestra amistad es eterna», dicen sonriendo. Y así siguen juntas, en la lucha, en los sueños y en el afecto.

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