Este texto fue escrito como parte de un ejercicio de la 9na generación de la #RedLATAM de Distintas Latitudes.
Nos conocimos en el colegio, pero Naïka siempre parecía venir de otro lugar. Hija de un haitiano y una francesa, creció en cuatro continentes debido al trabajo de sus padres, que la llevó a vivir en lugares tan distintos como Kenia, Vanuatu, Francia y Haití. Esa infancia nómada se convirtió en su mayor inspiración, transformando su herencia multicultural en identidad artística.“Soy de todas partes y de ninguna”, dice.
Su música es una fusión de pop, R&B y ritmos globales. Canta en inglés, francés y criollo haitiano, con letras que celebran la diversidad. “Quiero que quienes se sienten sin raíces encuentren hogar en mi música.”
Dueña de una presencia escénica magnética, Naïka no solo canta: interpreta. Su voz viaja por emociones y culturas con la misma fluidez con la que cambia de idioma. En redes, más de dos millones de seguidores corean sus letras. Sus temas, como Sauce y 1+1, han acumulado millones de reproducciones.
A pesar del éxito, sigue siendo la misma chica curiosa que conocí: inquieta, creativa, en movimiento. Entre giras y grabaciones, escribe su primer álbum, un reflejo de su viaje personal y musical. “No hago música para encajar, sino para conectar.”
Naïka avanza sin miedo, con una maleta llena de sonidos y una misión clara: borrar las fronteras a través de la música.
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