Oye el eco de una risa, una risa infantil que viene
de las alturas. El cúmulo que arrasa con el sol
tiene la forma de un niño vestido con botas blancas
y capa flotante; es Atomito surgiendo atrás de la montaña.
Liliana Colanzi, “Atomito”.
La ciencia ficción se consideró como un género literario menor al que no se le dio mayor importancia más allá de lo comercial y su mero uso para entretenimiento de las masas. Sin embargo, actualmente la ciencia ficción ha encontrado su lugar como un género que arma una crítica acerca de diversos problemas sociales que acontecen en la actualidad. Temas que denotan las posibilidades de la ciencia de crear mejores o peores futuros donde la humanidad termina por reconfigurarse o llegar casi a su extinción por decisiones mal tomadas. Dentro de este rubro, existen diversos autores como Ray Bradbury, Ricardo Piglia, algunos relatos de Mario Levrero, sin omitir a escritoras como Mary Shelley, Fernanda Trías y, la que me interesó en esta ocasión, la boliviana Liliana Colanzi. Una escritora que ha ganado fama fuera de Bolivia y ha conseguido varios premios, incluido el Ribero Duero por su libro de cuentos Ustedes brillan en lo oscuro, que se ha convertido en un gran descubrimiento que no puedo sólo atribuir al destino de una visita a la librería y encontrar el libro, ya que la vida me acercó a una colega especialista en literatura boliviana, quien ensus profundas pláticas sobre escritoras bolivianas, mencionó el nombre de Colanzi con tal efusión que me llamó la atención para decidir buscarla y leerla.
Indagando en sus cuentos, resaltan la carga de referencias a la naturaleza y diversos recursos tecnológicos que, si bien tienen su semejanza con la realidad que percibimos, llegan a concebir lugares alternos donde ocurren situaciones con elementos que pueden ser leídos desde los lares de la ciencia ficción y donde existen problemáticas sociales y ecológicas en diversos casos. Los estudiosos de la literatura podrían poner este caso dentro de lo que han denominado ecocrítica, una rama que no se puede pasar por alto al estar enfocada en la representación de la naturaleza, y las problemáticas que acontecen a todos los que habitamos el planeta al estar interrelacionados con el entorno. Es esta situación por la que no puedo evitar pensar en la pertinencia que tiene la ciencia ficción dentro de nuestro imaginario actual y como un recurso importante para hablar de ciertos temas.
Liliana Colanzi logra generar historias cargadas de elementos naturales que se intercalan con los recursos tecnológicos, donde se nos presenta la convivencia de una relación binaria que la escritora boliviana invierte y replantea desde otra perspectiva. Es decir, en el pasado y con las ideas de los avances tecnológicos, se nos inculcó una visión donde la naturaleza debía ser domada por un progreso humano, dando pie a una explotación de los recursos más rápida y que no ha sido frenada hasta la actualidad. ¿El arte podría ser un buen recurso para hablar de esa problemática?, o ¿podría ser un medio de activismo que surge para representar una realidad de la que no podemos disociarnos?
Ambas preguntas me llevan a reflexionar sobre la propuesta trabajada por Colanzi en los cuentos de Ustedes brillan en lo oscuro, quizá como una postura de la escritora hacia nuestra relación con la naturaleza y cómo nos alejamos de ella al adentrarnos en un mundo lleno de tecnología que no planea parar. La inversión que realiza la escritora de la noción de lo tecnológico sobre lo natural da a entender una visión que se sale de la normativa usual del pensamiento y nos ayuda a comprender mejor la visión hacia una ecología lastimada por darle mayor importancia a nuestros avances progresistas.
En este sentido, la ciencia ficción es una buena respuesta a nuestra realidad íntima, a la manera en que la sociedad puede llegar a relacionarse con su realidad y entorno, al igual que se nos demuestra la incertidumbre que puede generar esta relación dentro de sus problemáticas y posibles accidentes que llegaran a surgir. Es así como Colanzi nos adentra en un mundo que normaliza esta relación binaria mencionada, para dar un posicionamiento donde lo natural y tecnológico nos puede sobrepasar sin más. Aquí la ciencia ficción surge para explicarnos esa relación de lo humano con diversos acontecimientos como dislocaciones en el tiempo o referencias a una hiperrealidad que se asemeja a la de los videojuegos. Estos elementos de lo tecnológico nos dan esa sensación clásica del Sci-Fi, pero Colanzi logra ir más allá al denotar la importancia de la concepción de lo natural para la cultura boliviana, esto al mencionar elementos como la Pachamama y al centrarse en la descripción de la espacialidad natural que rodea a los personajes.
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¿Cómo nos puede ayudar este proceso de enfoque sobre una problemática ante la que tenemos una actitud más pasiva que activa? Podemos abrazar el problema, pero estos relatos me abrieron a hacer conciencia de la manera en que nos comportamos ante ciertos sucesos con indiferencia y aparentando que nos importa. La ciencia ficción, como género para contar historias, nos ha inculcado la existencia de posibles futuros que toman elementos de la realidad para llevarlos a un mundo donde existen diversos avances tecnológicos y científicos que parecieran imposibles en algún momento, pero que podrían asemejarse a diversas realidades de las que ya no podemos escapar.
Dentro de sus lares, se podría especular la existencia de un interés por generar una conciencia dentro de los amplios beneficios y peligros que ocurren con los avances científicos y tecnológicos. La mirada de Liliana Colanzi está puesta en resaltar los elementos naturales que nos rodean para darles una mayor importancia y denotar que no es un lugar que debiera ser del todo controlada, ya que nos sobrepasa y nos recuerda lo efímeros que podemos ser como humanidad. Es ese proceso para ejercer poder sobre el entorno que nos ha caracterizado a lo largo de la idea del progreso y no hemos parado a pensar qué tanto debemos frenar nuestros avances ante el impacto que generamos en él.
Replantear nuestra forma de percibir la naturaleza podría ayudarnos a entender mejor nuestro rol en este mundo donde pertenecemos y sin el cual lo más probable es que terminemos sucumbiendo como raza humana. Colanzi logra reflejar ese comportamiento que tenemos ante lo natural, la manera en que nos podemos aproximar a lo que nos rodea desde una conexión que no puede ser rota o desde una mirada pasiva que acepta los cambios sin preocuparse por ellos. Como sociedad, e incluyéndome, deberíamos comenzar a plantearnos ¿cómo es mi relación con el entorno que me rodea? Muchos nos hemos vuelto seres pasivos dentro de éste, olvidando que nuestras comodidades entregadas por lo tecnológico pudieran tener una repercusión, modos de vida que han dejado cierto daño y huella, quizá no de manera rápida, pero sí de manera gradual.
A lo que me refiero, es que consumimos productos que tienen un proceso de creación que no es ecológico y siempre debemos tener en mente la manera en que interactuamos con nuestro ecosistema. No puedo evitar reflexionar sobre este tema al estar indagando los cuentos de Colanzi, narrativa que me replantea la manera en que puedo percibir la naturaleza y, quizá, empezar a considerarme como una parte de ella y no como algo que pueda estar a mi disposición. Liliana Colanzi ahonda en un problema social del que intentamos hacer caso omiso y, al mismo tiempo, del que intentamos hacer algo sin éxito alguno.