¿En qué piensas cuando se habla de futbol? Seguramente en muchas cosas antes que en las mujeres. ¿La razón? La falta de reconocimiento hacia ellas en este ámbito, además de la antigua e irracional división de actividades y pasatiempos entre los géneros.
Sin embargo, un día las voces se levantan y las consignas, pañuelos y muchos sueños se convierten en el parteaguas de una nueva era, dándole la bienvenida a proyectos como la Barra Feminista.
El comienzo: un álbum Panini
La Barra Feminista es un proyecto que busca la visibilización del futbol femenil, la igualdad de salarios para las jugadoras y espacios seguros para aficionadas y quienes integran los clubes en México.
Camila Ramos y Luz Rodríguez, integrantes de la Barra, relatan cómo fue posible este proyecto que unió a decenas de aficionadas.
Todo surgió a través del intercambio de estampas del álbum Panini, específicamente de la edición del Mundial Femenil 2019. La dinámica consistía en verse para poder hacer el cambio. Después de varias citas se dieron cuenta que había una gran cantidad de mujeres compartiendo la misma pasión por el futbol, esencialmente de la rama femenil.
Luz cuenta que, después de varios encuentros, se creó un grupo en WhatsApp donde se ponían de acuerdo para acudir a los partidos y alentar a las chicas de los clubes mexicanos. Empezaron unas cuantas y fueron invitando a más hasta llegar a las 97 integrantes que son hoy.
El partido de Pumas en Ciudad Universitaria de marzo 2020 fue el nacimiento oficial de la Barra Feminista. El Día de la Mujer fue el pretexto perfecto para permitir al equipo jugar en aquellas canchas por primera vez en lo que iba de la liga. Resultó histórico por la asistencia de más de 22 mil personas.
Una semana antes habían organizado todo: hicieron unas playeras alusivas al grupo y adquirieron boletos en la misma zona para poder estar juntas. Cuando llegó el día, las cosas se dieron de la mejor manera: disfrutaron el partido, alentaron a las chicas y crearon un ambiente donde más mujeres se unieron a consignas como “Futbolista, hermana. ¡Aquí está tu manada!”, que surgieron en el calor del partido y que van más allá de un simple cántico, pues a diferencia de las que escuchamos en partidos varoniles, no demeritan al rival o buscar agredirlo para sentirse intimidado, sino motivar y exigir mejores condiciones para las jugadoras.
A partir de ahí hubo un giro importante en el grupo, ya no sólo eran aficionadas o fans de un equipo, sino una organización que quería ir más allá de sólo alentar. Crearon comités de comunicación, documentación, contactos con jugadoras y demás, todo para darle otra vista a las ya famosas barras y crear un cambio.
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¿Una barra puede ser feminista?
El concepto de Barra Brava nació en Argentina en la década de los 60, después se extendió por toda América Latina y en los 70, aproximadamente, llegó a nuestro país.
La historia sobre el nacimiento de éstas es poca, pero se trata de un grupo de fanáticos al futbol que se encargan de alentar durante los partidos a los jugadores de su club y amedrentar a los rivales, tanto jugadores como aficionados, mediante despliegue de banderas, cánticos y algunas veces –o la mayoría de éstas– violencia.
Preguntando el por qué “barra”, Camila y Luz aseguran que decidieron “hackear” el término, cambiar el concepto de lo oficialmente establecido y demostrar que no sólo se trata de violencia al escucharlo. Además de incentivar a otras ciudades y países a crear la propia y erradicar la mala reputación que se tiene.
Mencionaron que hay equipos como Xolas de Tijuana donde cuenta con su barra de apoyo a mujeres, pero oficialmente es la primera que se define como feminista en México y han creado 10 principios básicos que la identifican:
- Apoyamos el futbol femenil y a todas las mujeres que lo hacen posible.
- Rechazamos cualquier desigualdad existente en el futbol femenil.
- Utilizamos las consignas feministas y el pañuelo verde para apoyar al futbol femenil.
- Promovemos desde la tribuna formas de acompañar y apoyar sin estereotipos de género, prácticas violentas, acosos, ni forma alguna de discriminación.
- Promovemos la sana competencia entre quienes juegan en la cancha y la sororidad fuera de ésta una vez que termina el partido.
- Rechazamos cualquier uso de lenguaje sexista, machista y misógino hacia las jugadoras o cualquier otra mujer que forme parte del futbol femenil.
- Nos comprometemos a que la Barra Feminista sea un espacio seguro para todas
- No respondemos a provocaciones dentro y fuera de las canchas.
- Resignificamos a las barras de futbol como espacios de encuentro, alegría, lucha y gozo.
- Cada partido lo cerramos con la consigna “Si gana una, ganamos todas”
Dentro de la resignificación, está muy presente el hacer que las consignas sean un llamado de atención y presión para que todo aquello de lo que carece el fútbol femenil llegue en poco tiempo, por el bien de todas.
Camila, Luz y el resto de las chicas no se cansan de alzar sus pañuelos verdes y gritar a todo pulmón frases como: que lo venga a veeer, que lo venga a veeer, díganle al directivo que el patriarcado se va a caeeer o ¿En dónde están? ¿En dónde están? Los directivos que nos van a pagar igual, entre otras tantas que puedes encontrar aquí.
Por y para las mujeres
Rodríguez asegura que se han dado cuenta que hay muchas mujeres que quieren ir a un estadio y compartir con otras este fanatismo, pero en realidad no hay un espacio donde te sientas cómoda, porque tanto el concepto violento de barra, como las dinámicas que hay en el comportamiento de los estadios, siempre llevan una connotación machista, donde la mujer no es bienvenida.
Por ello, la Barra Feminista representa un espacio creado por mujeres y para las mujeres con la intención de formar una red de apoyo para quienes están dentro del fútbol, no sólo jugadoras, sino como parte del cuerpo técnico, dentro del club, a las que les gusta el deporte, mamás que apoyan a sus hijas y a las niñas que lo practican.
De entre los objetivos por cumplir, Camila menciona dos muy importantes: visibilizar el futbol femenil y que los espacios sean seguros para las mujeres en el deporte.
Pero, ¿qué se hace para contribuir? Dentro de su cuenta de Instagram hay una decena de publicaciones donde señalan con mensajes concretos y directos a directivos, la Liga BVVA, la Selección Mexicana y a la FIFA sobre diversas situaciones que no abonan al futbol femenil y desarrollo de las jugadoras.
Dentro del trabajo constante que hacen está: exigir que se vea con el mismo potencial que a los varones, que este deporte también es un trabajo para ellas; hacer un buen rol de juego, ya que los horarios suelen empalmarse, como sucedió en la ida del Apertura 2021 con el Clásico Nacional y el Tijuana vs Monterrey del viernes 3 de diciembre; que se juegue en los estadios principales y a público abierto, no como le sucedió a las chicas del Cruz Azul, quienes jugarían contra Tigres en cuartos de final en una cancha de entrenamiento en el deportivo La Noria; que las entradas tengan el mismo costo que un partido “estelar”, y que los juegos sean transmitidos en televisión como cualquier otro.
“Necesitamos que esta liga profesional tenga un carácter de profesionalismo, porque no estamos agradeciendo la oportunidad, estamos reclamando lo que por derecho nos toca y que la igualdad lo deja muy claro”.
Luz Rodríguez
El fútbol femenil sigue padeciendo las secuelas de su propia historia, aunque los directivos de antes ya no están, sigue el menosprecio y comparación con el balompié protagonizado por hombres.
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El llamado
El proyecto tiene escaso año y medio de su inicio, el camino que se ha recorrido es bastante y va rindiendo frutos conforme avanza. Sin embargo, siendo un deporte en el que mujeres han expresado no sentirse bienvenidas o seguras para acudir a un juego, se les preguntó si vetar a los hombres podría ser parte de abonar a la situación, a lo que ambas coincidieron en que no.
Vetarlos no resuelve el problema, por ello hay que promover y fortalecer que construyan desde ese respeto, que sepan que pueden ser empáticos y acompañarles desde sus propias trincheras teniendo la iniciativa de hacer algo distinto y unirse a la causa.
“Es como los espacios del metro, no porque en los primeros vagones no puedan entrar hombres, significa que en los demás dejará de haber acoso; lo que tenemos que hacer es hablar sobre esto y visibilizar que algo se tiene que hacer para que los espacios dejen de ser inseguros”.
Camila ramos
Dejaron claro que la Barra es un espacio totalmente separatista, sólo para mujeres, no hay hombres involucrados y quienes quieran acudir con un acompañante varón deben estar fuera del círculo en el que están todas, aunque sin duda agradecen el apoyo del lado masculino, es el único espacio seguro para ellas.
Camila y Luz, al igual que sus compañeras, desean que cada vez sea posible ver a las mujeres en el deporte tan libres, aplaudidas y valoradas como pasa con los varones, que no sólo se hable del apoyo por quedar “bien”, sino que de verdad se actúe y lograr un cambio.
En nombre del grupo, exhortaron a quienes no forman parte de la barra para que fomenten la cultura del respeto y que problematicen las condiciones de igualdad que no tienen las jugadoras; es vital decir que no han venido a quitar, que se trata de compartir y no repartir. No es momento de separar, sino de erradicar los actos machistas que rodean al futbol.
Las metas de la Barra Feminista son demasiadas, entre ellas está llegar al próximo mundial femenil, expandir los espacios a más estadios y fortalecer desde su trinchera a las decenas de jugadoras extremadamente talentosas que hay en los clubes.