Por: Nikthya González, Miranda Campos y Fernanda Galarza
Ilustración: Omarela Depablos
“La casa IV se relaciona al hogar primario
y a la energía canceriana.
Esta zona de la carta nos habla de
nuestro lugar de proveniencia,
nuestras raíces, nuestro hogar
(material e inmaterial) y sus características”.
***
“Energía del número 4:
La energía de este número traerá abundancia.
Casa donde el estudio y
la seguridad serán las bases fundamentales.
Aporta prosperidad y motiva el cumplimiento de sueños”.
En el 2020, La Desvelada abrió sus puertas. Era una casa recién construida con un puñadito de habitantes, liderados por Sac y Marisol, quienes tenían muchas esperanzas y sueños para este espacio en el mundo digital, pero que de todas formas no imaginaban en lo que se convertiría, porque esa casa pronto comenzó a tomar vida propia. Se transformaba mientras avanzaban las ediciones y el tiempo.
Más habitaciones, más decoraciones, más temas, más conversaciones de diferentes ciudades del mundo, más personas que visitaban y otras se quedaban como huéspedes permanentes.
Nosotras, Fer, Miranda y Nikthya, somos parte de estas últimas. Para nosotras, esta casa es nuestro hogar, ayudamos a mantenerlo limpio y acogedor, es en donde podemos expresarnos, encontrarnos y al que llegamos un poco inseguras pero ahora habitamos más plenas.
Nikthya
La primera vez que escribí para la Desvelada, fue para el especial No diré su nombre de 2021. Sac sólo me conocía de los talleres que ofreció gratuitamente en Durango cuando yo aún era una estudiante universitaria, pero aparte de esas dos ocasiones solo co-existíamos en redes sociales, así que me sorprendió mucho recibir un mensaje de ella a principios de ese año, invitándome a escribir un texto sobre mi Voldemort personal. Recuerdo que pasé todo enero de ese año escribiendo y reescribiendo como 10 borradores distintos y al final envié el que más se sentía como yo y hablaba de quién era lo más cerca que tenía de un Voldemort, aunque en mi cabeza su nombre daba vueltas todo el tiempo. Sac me dijo que le encantaba, me llenó de elogios y me agradeció por ser puntual. Dos semanas después de que se publicó, yo estaba de regreso en el auto de ese muchacho, no en una noche sino de día, con ICEEs, en el parque. Recuerdo que me hizo saber que había leído ese texto que claramente era sobre él, y que le gustó.
Cuando unos meses más tarde le pregunté a Sac si podía publicar otro texto que necesitaba sacar de mi pecho, me invitó al equipo. No sabía, cuando acepté, que cuatro meses más tarde iba a estar en la Ciudad de México, en un restaurante de pizzas con poca iluminación frente a Sac y Marisol, llorando porque ese muchacho para el que escribí en el especial, había fallecido. Estaba avergonzada y conflictuada, porque habían pasado casi dos meses de su muerte y yo que no tenía experiencia con duelos de esa magnitud no entendía por qué me sentía tan mal de contarles que ese viaje era para alejarme completamente de la ciudad porque no podía con saber que él ya no estaba ahí. Las lágrimas se me salieron antes de que siquiera me diera cuenta de que estaban acumuladas en mis ojos y la voz se me quebró. Les pedí perdón porque era la primera vez que salíamos las tres y yo estaba llorando.
Sac y Marisol intercambiaron miradas y me dijeron de inmediato que no tenía de qué disculparme, que ellas me entendían por completo. Fue ahí cuando me contaron que ambas habían perdido a alguien especial para ellas, Marisol a P y Sac a B. Fue extraño darnos cuenta de que los tres habían fallecido un día 23. Aunque suena cursi, sentí que quizá por algo habían llegado a mi vida, quizá nos hacíamos bien mutuamente, a veces incluso pienso en que si el cielo existe, quizá nuestras tres personas (que eran una fiesta andante) se conocieron allá y se cayeron bien y decidieron mover sus influencias para juntarnos.
Unos meses después, en febrero del 2021 pasé de ser sólo parte del equipo de colaboradores a parte del team de redes sociales, que prácticamente éramos solo Miranda y yo. Miranda ya era el equipo cuando entré. Capricornia y directa, me trataba amable, pero tanteando las aguas o al menos así la sentía. No puedo señalar un momento exacto en el que nos volvimos amigas, pero de pronto lo éramos. Nos pasábamos horas contándonos nuestras vidas por notas de voz, enviando fotos de nuestros perritos, chismes, opiniones de noticias y de BTS. Siempre dije que me gustaba ser minion de Miranda, yo no tenía nada de experiencia en redes sociales y ella me enseñó tan bien que para junio conseguí un trabajo exactamente haciendo eso. Pero aún me gusta ser su minion.
Fue justo en julio que de pronto tenía dos trabajos y sabía que no iba a poder yo sola, Sac y Marisol también lo sabían, me dijeron que si necesitaba ayuda podían incluir a Fer Galarza en el equipo de redes y dije que sí por favor. Igual y solo un mes o dos. Pero Fer se quedó y fue un alivio. Tenía un entusiasmo contagioso y muchas ideas y poco a poco su energía Libra se convirtió en una parte esencial del equipo, ahora no me imagino el chat sin sus stickers, ni sus audios ni sus aportaciones a este hogar.
La Desvelada se convirtió en una casita que no sabía que necesitaba, un lugar donde puedo ser yo, donde está bien escribir desde los sentimientos y registrar pensamientos, argumentos y acontecimientos que nos han marcado y que nos están marcando. No sé qué hubiera hecho sin este espacio.
La Desvelada es una casa honesta, donde he leído historias que me han marcado y me han llegado respuestas a mis textos que me han marcado. Es una casa a la que estoy orgullosa de pertenecer, y de compartir y haber compartido con personas que amo.
Gracias Sac y Marisol, por dejarme entrar con mis maletas. Gracias Miranda y Fer, por ser las mejores compañeras de redes que podría imaginar. Me siento muy afortunada de tenerlas en mi vida, y de que me permitan ser parte de la suya. Amo tenerlas siempre a un mensajito de distancia.
Gracias a todo el team que escribe en cada edición, gracias a todos los que me han permitido editar o contribuir en algo a sus textos. Gracias a todos los que han contribuido a los míos. Gracias por sumarle historias a esta casita. Gracias a todos los que nos visitan.
Felices cuatro años de La Desvelada y ojalá sean muchos más.
FER
Cuando era adolescente, me la pasaba escribiendo diarios a diestra y siniestra, todos los “secretos” y sentimientos que tenía en un día o semana se quedaban en simples hojas de papel que eran mi lugar seguro.
Siempre me ha gustado escribir, pero también era temerosa de mostrarle al mundo todo eso, hasta que llegué aquí, a La Desvelada.
Al principio, cuando Sac me contactó para escribir en el especial de No diré su nombre, me parecía demasiado vergonzoso, tenía una historia y no era una tan “trágica”, pero sentía que una vez que se publicara debía esconderme para que no “me señalaran”, inicialmente porque quizá no era buena en esto.
Meses después, Marisol y Sac me invitaron al team, conocer la dinámica y conocerlas a ellas me llevó a aceptar sin titubear, pues aún cuando solo había hecho una colaboración, me recibieron y acompañaron como nunca lo habían hecho en otros lugares.
Aunque no voy a mentir, estaba nerviosa y no tenía demasiada confianza en mí, ya había leído textos de ambas y admiraba demasiado el trabajo que hacían, yo también ya tenía un poco de experiencia, pero por alguna razón sentía que no tenía ese nivel tan espectacular que requería el equipo.
Mi tercer texto en La Desvela fue un parteaguas importante para creer que puedo llegar a muchas personas con mis letras, se trata de “Las flores me recuerdan a ti, Abu”, un homenaje póstumo a mi bisabuela.
Días después de su publicación, Sac me reenvió un mensaje que llegó al correo de la página, donde alguien me agradecía por haber escrito esa historia, pues “me tocaste el corazón, me hiciste ver de nuevo a mi madre y a mi abuela”.
Justo ahí entendí que aquí era.
Aunque no sólo se trata de textos personales, estos son mis favoritos. No sólo porque sé que hay alguien que podría identificarse con lo que siento, sino porque algo que puede ser tan cotidiano para algunos, se transforma en algo especial para nosotros.
Estar aquí, es como volver a la adolescencia y escribir diarios públicos, esta vez sin sentir vergüenza porque sepan lo que escribes, donde podemos contar historias propias, pero también darle voz a quienes probablemente nunca la han tenido.
Llegar a La Desvelada es como volver a casa después de un largo día y encontrarte con tus amigas para poder compartir todo lo que te pasó; escribir y escribir, hasta sacar todo eso que cargamos para que tome forma y se convierta en un abrazo al corazón, y no sólo al nuestro, sino también al de quien nos lee.
Esta revista tiene algo que nunca había sentido antes: pertenencia. Desde que llegas, sientes que nunca quieres irte, te sientes segura y puedes ser tú, porque se vuelve un espacio para “una lloradita y a seguir”.
Bien dicen que hay muchas maneras de sentir que un lugar se convierte en tu hogar, y estar en La Desvelada, es una de ellas.
Ser parte de este proyecto no sólo me ha dejado confiar en mí y ser valiente con muchos temas, sino también grandes amistades, con quienes puedo reír y llorar, sin sentir vergüenza por vulnerarme.
Si retrocediéramos el tiempo, esta revista, este team, estos lectores y por supuesto, estas amigas, las volvería a elegir.
Gracias Sac, Marisol, Nikthya y Miranda, por ser el principal soporte para seguir creyendo y creando.
Gracias team, por hacer que sus historias sean las de todos, a pesar de lo doloroso que puede ser volver a recordar.
Gracias a quienes nos leen, por creer en La Desvelada, en mí y en todes, sin ustedes esto no se volvería posible.
MIRANDA
“[…] Marisol me pasó tu número porque me dijo que tenía una amiga que quería colaborar […] y cuando me dijo que eras tú, literal me volví loca […] leí tu hilo de textos que has publicado y me volví fan, fan, fan. Me encantaron todos, lloré, no sé, me parecieron brutales y yo quería pedirte, justo, que colaboraras. Entonces, soy muy feliz que de alguna forma extraña esto haya coincidido, y soy muy feliz de que quieras colaborar en La Desvelada y te agradezco muchísimo […] este mensaje es para decirte que soy fan, para agradecerte y para darte la bienvenida, yo sé que es muy informal, pero perdóname. Muchas gracias otra vez”.
Audio de Sac-Nicté, 4 de marzo de 2021.
Así llegué hasta Durango, sosteniendo entre mis manos un texto que explotó fuera de mi pecho y con las ganas de buscarle casa. Sac no sólo me mandó este audio lleno de entusiasmo, ánimo y admiración, fue una editora cuidadosa y muy respetuosa de mi historia, sus ojos me ayudaron a terminar de pulir esa primera ventana que dejé abierta hacia mi historia como mujer con discapacidad.
Las palabras de Sac me ayudaron a sentirme tranquila con mi deseo de escribir, con mi propósito de ser aunque sea un poco más constante mientras seguía en recuperación. Pude sentirme libre de decir, “oye esto del ensayo me llama la atención, quiero explorar con todo y que me siento insegura, hace años que no escribo, pero me llama”, y confiar en mí para hacerlo, a mi ritmo, segura de nunca tener que escribir algo sin sentirme cómoda.
Sac me dijo “bienvenida”, y significó para mí “creo en lo que escribes, sigue y ve a dónde te lleva, aquí hay una casita para historias como la tuya”. Así se recibe en esta casa, abriendo los brazos grandes al texto y a la persona detrás de él..
La Desvelada se convirtió en mi casita en Durango, en donde Marisol, Nikthya, Fer y por supuesto Sac, se han vuelto mis guías gracias al contexto que procuran dar en el chat del team para que pueda ser parte del chismecito local o regional. Siempre me hacen sentir parte, me muestran su respeto, aprecio y consideración. Como lo hicieron el día que me uní al team de redes, en ese momento pusieron una brocha en mi mano y dijeron “toma, si quieres, tienes tiempo o cuando la vida te vaya dando chance, puedes pintar esta casa como quieras, pero pues nos gusta el dorado, negro y rosa. Sin flores”. Continuamente me recuerdan que soy digna de su confianza, de su apoyo, tiempo y saberes, lo cual valoro muchísimo.
He admirado el trabajo que han realizado cada una y el que hemos hecho como team. No creo que podamos decir que ya tenemos decodificado el secreto sobre cómo llevar un medio en estos tiempos de internet, con la necesidad de producir, sobrevivir a nuestros trabajos, la salud mental y la vida que nos pasa encima. Pero a cuatro años de la creación puedo ver con claridad nuestra raíz, el hogar que hemos construido en este medio y las bases que estamos cimentando.
“Historias como la mía”, como las que han llegado al buzón de nuestro correo que se han apilado para darle forma a este medio y sus 254 habitaciones publicadas hasta el día de hoy. Historias que buscan espacios para ser libres, experimentar y jugar con lo híbrido, dejar vestigios en las letras de los matices que vivimos. Porque el hecho noticioso está afuera y en la cotidianeidad, la dureza no es exclusiva de la calle, ni la suavidad de nuestro mundo íntimo. Hemos construido una comunidad entretejida en textos que, al menos para mí, han funcionado como cartas para conocer a todos las escritoras y escritores que habitan en La Desvelada.
Y eso también está reforzando las bases de esta casa: nos hemos visto crecer en nuestras letras como escritores/periodistas/creadores y como seres humanos; Sac ha dicho en varias ocasiones que La Desvelada es un medio para quiénes escriben con el corazón abierto, año con año veo la vulnerabilidad expuesta en letras dosificadas con rigor periodístico o literario. Observo a la vez que no solo se trata de dejar el abierto el corazón en la página, seguimos el deseo de contar historias y eso nos impulsa a nutrir nuestra escritura en cada oportunidad que encontramos.. Reconocemos la responsabilidad que tenemos con las y los lectores y nos preocupamos por encontrar la mejor manera de narrar desde nuestra perspectiva híbrida.
Hemos cambiado de intereses, hay novedades, en los amores, las reflexiones, los gustos, las pérdidas, más posicionamientos, proyectos y también solidaridad. Somos híbridos como el medio, seres en movimiento como los géneros literarios que escribimos. Hilamos el sentimiento con la realidad porque creemos en los textos que no los separan y sé que al seguir abrazando esa raíz de estos cuatro años, hay una certeza que sí puedo nombrar: en La Desvelada, conforme más abres tu mente y corazón, más se afila tu pluma.
Gracias Marisol, Nikthya, Fer y Sac, soy su fan.
Gracias por compartirme un cachito de sus vidas y de Durango.
Gracias a todas las y los lectores que nos animan.
Larga vida a La Desvelada.